El  Sendero de Val de Molinos, cercano a la población de Andorra y recorrido por el Arroyo del mismo nombre, finaliza en el Paraje de Fuente Moreno, espacio natural formado por una fuente, abrevadero, pequeña arboleda y acondicionamiento como zona recreativa.

Esta senda ha sido utilizada tradicionalmente por los agricultores como camino de herradura (transporte realizado con caballerías) para el acceso a los bancales adyacentes.

El sendero recorre una de las zonas con mayor biodiversidad de Andorra. En ella encontramos vegetación mediterránea (400-900 m de altitud) característica de zonas secas, representada por especies como la encina (Quercus ilex rothundifolia ó Quercus ilex ballota), el pino carrasco (Pinus halepensis) o la coscoja (Quercus coccífera).   Junto a ellos  especies  ya poco frecuentes  en el municipio como los azarollos (Sorbus doméstica) y otros  en proceso de expansión como los quejigos (Quercus fagínea). Al final de todo el recorrido hay un bancal con varios pinos piñoneros (Pinus pinea).

Cuando el sendero discurre junto al Arroyo de Val de Molinos encontramos la vegetación propia de zonas húmedas, con ejemplares de chopo (Populus nigra), olmo (Ulmus minor), sauce cabruno ( Salix caprea), latonero o almez (Celtis australis), zarzas (Rubus ulmifolius), hiedra (Hedera helix)… que crecen junto al cauce.

Además de las especies autóctonas se encuentran campos de cultivo y huertos con las especies cultivadas representativas de nuestra zona: cereales, olivos, vid… y  árboles frutales como higueras, nogueras, almendros, membrilleros…

En primavera  florecen plantas diversas como las aromáticas y medicinales: tomillo (Thymus vulgaris), espliego (Lavándula latifolia), romero (Rosmarinus oficinalis) hierba bancera (Plántago sempervirens), una de las plantas de mayor uso tradicional en Andorra… y otras como lino azul (Linun narbonense) y blanco (Linum suffruticosum), violeta común (Viola odorata) , aliaga (Genista scorpius) y  tuca ó nueza negra (Dioscorea communis) utilizada en platos tradicionales. Entre las singulares una especie de pequeña orquídea que florece muy temprano, la Ophrys apifera. Y en las zonas más húmedas crecen los juncos (Scirpus holoschoenus) y la menta (Mentha suaveolens).

El recorrido ofrece también relieves de interés geológico. La loma sobre la que discurre el Sendero Botánico, tanto por su base como por su cima,  está formada en su mayor parte por arcillas y conglomerados de la era Terciaria, en concreto del Oligoceno, hace unos 30 millones de años. Estos elementos se fueron depositando en capas y algunas de ellas presentan diferentes plegamientos. El viento y el agua se han encargado de erosionarlas y crear cavidades de diferentes tamaños.

Entre la fauna más fácil de observar destacan : mariposas, cada vez menos frecuentes en otros espacios al estar sus poblaciones afectadas por la agricultura intensiva; abejas, caracoles, lagartijas, mariquitas, diversas especies de aves como el zorzal común  (Turdus philomelos), el tordo ( Turdus merula), gorriones (Passer domésticus y otros paséridos), el ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) que nos deleita con sus cantos en primavera y verano… entre otras muchas. Erizos, topos, zorros, ratones de campo…que aunque no pueden observarse directamente si se detectan a través de sus huellas y rastros.

Los usos actuales son varios, como ruta de paseo y actividades deportivas, para la recolección de plantas medicinales, como acceso a los bancales  y como sendero didáctico por los colegios, actividad que se realiza desde el CEA ÍTACA en primavera-verano y que está dinamizada por las participantes del Taller de Educación Ambiental. 

El principal valor de este recorrido reside en su Biodiversidad, además del encanto que ofrece  un pequeño espacio natural cercano a la población donde poder entrar en contacto con el medio natural. Y para contribuir a su conservación se han llevado a cabo diferentes acciones siendo las principales la señalización como «Sendero Botánico», la reforestación de varias zonas y la limpieza de residuos.

Esta pequeña ruta circular de 3,2 km de longitud se puede dividir en dos partes bien diferenciadas. La primera recorre el fondo de la Val de Molinos desde el panel de inicio hasta la Fuente Moreno y en ella encontramos todos los pies y mesas interpretativas  relativos a la flora y la fauna. La segunda parte asciende levemente  desde la Fuente Moreno hasta lo alto de la loma y transita por la cumbre hasta retornar al punto de inicio, pasando por el mirador desde el que se disfruta de una excepcional panorámica de la localidad y de su rico entorno geológico que se recoge en una mesa interpretativa.

Un poco de historia

Durante los años 2005 a 2009 el  Taller de Educación Ambiental: “Conoce tu entorno”, de la Universidad Popular de Andorra (Patronato Municipal de Cultura y Turismo) decidió señalizar esta senda a través de la colocación de varios pies y mesas de interpretación, cuyos contenidos fueron realizados por las participantes. Este taller que se inició en  2003 ha centrado la mayor parte de su actividad  en el conocimiento del entorno natural del municipio de Andorra. A lo largo de todos estos años han participado muchas personas, la mayoría mujeres.

El sendero, que pasó a denominarse «Sendero Botánico de Val de Molinos» es un buen recurso didáctico y pedagógico, ya que constituye una singular aula abierta para escolares, grupos de estudiantes y talleres de formación, además de constituir un recurso lúdico y  turístico. El objetivo fundamental es contribuir a la conservación y valoración del patrimonio natural.

La señalización se realizó en dos fases:

Primera fase, de 2005 a 2007. Trabajo del contenido de cinco pies y una mesa de interpretación. La empresa que los materializó fue PRAMES  siendo  subvencionados por la Comarca Andorra-Sierra de Arcos. En los pies se hace referencia a plantas medicinales muy utilizadas en la localidad, el tomillo y la hierba bancera; a árboles y arbustos característicos del monte mediterráneo, la coscoja y la encina; a otros árboles más específicos de zonas húmedas, el chopo negro, el sauce cabruno, el olmo y el latonero; otros menos frecuentes en el municipio, el roble quejigo y el azarollo. La mesa de interpretación nos habla de la Val de Molinos, su historia y usos tradicionales, su vegetación y su fauna.

Segunda fase, de 2007 a 2009. Igual que en la fase anterior los contenidos fueron realizados por las participantes del taller y materializados por la empresa PRAMES. Fue subvencionada por el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón (en la actualidad de Desarrollo Rural y Sostenibilidad) .

En esta fase se realizaron varias acciones de acondicionamiento del sendero,  colocación de vallas, señalización indicativa y direccional, cinco paneles de interpretación y una panel ubicado en una zona alta acondicionada para mirador.

Es un sendero para disfrutarlo con todos los sentidos. En primavera y verano por los múltiples colores y aromas de las flores de plantas y arbustos, en especial de las aromáticas. Y también en esta época porque se llena de vida animal, sobre todo de aves, que te deleitarán con sus cantos. Por los ricos frutos de sus árboles y arbustos que podrás degustar en otoño. Además puedes jugar con tus manos a distinguir las texturas de las hojas, de las cortezas de los árboles… Y algunos inviernos puedes pasear por el sendero nevado.