En enero de 2009 se editaba, subvencionada por el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, una pequeña guía sobre los Árboles Singulares de Andorra, fruto del trabajo a lo largo de varios años del Taller de Educación Ambiental, taller que de 2003 a 2008 realizó su actividad en la Universidad Popular de Andorra, y a partir de 2008, en el CEA Ítaca-José Luis Iranzo.

Al inicio de esta tarea, tras recorrer el municipio de Andorra y hablar con personas conocedoras de estos ejemplares, se procedió a elaborar  una ficha de recogida de datos que fue pasada a propietarios de los bancales donde se encontraban, al Guarda de Montes, a Agentes de Protección de la Naturaleza y a personas mayores,entre otros.

Poco a poco se fueron localizando y se reconstruyó  su historia: el nombre popular, los usos tradicionales, la historia familiar en torno al árbol, la edad aproximada, el porte y sus dimensiones, realizándose una primera ruta a escala, dibujada a mano, artesanalmente, donde figuraban los árboles, mases, caminos,  arroyos, constituyendo un “mapa del tesoro” como lo denominó David, del Estudio Creativo Birrus, encargado de editarlo haciendo uso de las nuevas tecnologías.

Este trabajo  generó el descubrimiento de  estos  hermosos árboles, en un municipio desarbolado, con muy poca zona de bosque (pinar) y ejemplares sueltos de encinas, testigos de antiguos encinares. Todos ellos se han conservado gracias al interés de las familias a las que pertenecen los bancales en los que se ubican.

Se decidió incluir 7 árboles que por sus características: edad, porte, especie autóctona y/o escasa en nuestro medio, merecían ser conocidos, valorados y protegidos como parte importante del Patrimonio Natural de Andorra.

Posteriormente se aportaron sus datos a los  Inventarios de Árboles Singulares de Teruel y de Aragón.

Los objetivos perseguidos con  el trabajo desarrollado fueron:

  • Dar a conocer el patrimonio natural de Andorra
  • Contribuir a su conservación
  • Servir de instrumento educativo y didáctico
  • Promover la ruta como recurso lúdico y turístico
  • Fomentar la biodiversidad

La elaboración de esta ruta supuso una aventura única que descubrió a los participantes el medio natural de Andorra íntimamente unido  a la vida tradicional del mundo rural.

Previo a la elaboración de la guía se procedió a la señalización de la ruta a través de un proyecto subvencionado por  la Comarca Andorra-Sierra de Arcos en la que  cada árbol cuenta con un pié de interpretación cuyo contenido fue elaborado  por las personas participantes en el Taller de Educación Ambiental y en el que figura la descripción de la especie y las singularidades que presenta.

1- Chopo de los Hortales

Este chopo negro (Populus nigra) está situado en una zona de huertos muy cercana a la población. Su silueta es fácil de distinguir ya que sobresale entre los tejados. En el año 1924 y durante la celebración escolar de la ¨Fiesta del árbol”, los alumnos del grado superior plantaron chopos a lo largo de las márgenes del  río Regallo, en la zona de los Hortales. Cada uno tenía el nombre o mote  del niño que lo plantó y se encargaba después de cuidarlo: era el chopo del Elías, del Artigas, de Juanico el Barea, del Albino… Algunos fueron tronchados pero otros pervivieron. En la actualidad sólo podemos disfrutar de este ejemplar casi centenario cuyas ramas han servido para adornar muchos arcos enramados de las novias en el día de su boda.

2- Pino de la Atalaya

Este pino piñonero (Pinus pinea) de gran tamaño, destaca entre los campos de almendros, olivos y cereal de la zona conocida como “La Atalaya”. Es una especie poco frecuente en Andorra y suele ser cultivada, aunque es común ver crecer de forma natural un buen número de vástagos a su alrededor gracias a la dispersión de sus piñones. Éste ejemplar en concreto es el más longevo y el de mayor tamaño de todo el municipio y uno de los árboles más visitados por su cercanía al Parque de San Macario. Los Centros Escolares de Andorra también realizan visitas interpretativas organizadas por el Centro Ítaca.

3- Encinas de la Sarda

Estos tres ejemplares de encinas (Quercus ilex ballota) o carrascas, tal como se denominan en Aragón, deben su singularidad a su gran tamaño y longevidad. Son necesarias varias personas para abarcar su tronco. Sus enormes ramas han formado una extensa copa que ha servido para refugiar a pastores y rebaños bajo su sombra mitigando las altas temperaturas veraniegas.

 En toda esta zona oriental de la cubeta de Andorra (el Plano, la Sarda, Agualaturca, Carchea,…) existen además otras grandes encinas diseminadas, todas ellas testigos de lo que antiguamente fue un gran encinar que formaría parte de la vegetación potencial de nuestra zona, incluida en la Región Biogeográfica Mediterránea.

La necesidad de leña para el hogar  y de nuevos campos de cultivo acabó con muchas de ellas. Las existentes en la actualidad destacan entre los campos de cultivo.

4- Enebro de la Val Común

El enebro (Juníperus oxicedrus), es uno de los arbustos más comunes en los montes de Andorra. Forma parte de las zonas de pinar, de matorral arbustivo y de lindes de caminos.

La singularidad de este ejemplar radica en su porte de árbol y en su longevidad. Destaca solitario  en medio de un bancal de cereal perteneciente a la Parroquia de Andorra. Se ha conservado gracias al respeto mostrado por los agricultores que han trabajado en él.

Fue el inspirador  de un cuento infantil de temática ambiental llevado a cabo por el Taller de Educación Ambiental: “Juny, el enebro singular”, del que es protagonista.

  • Pino del Caño
  • Lentisco de la Val del Gitano
  • Pino del tío Cerbellón o de la Señora

La señalización de este itinerario se realizó a través de un proyecto presentado junto con la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Andorra a la Comarca Andorra-Sierra de Arcos. Previamente se había señalizado los árboles y cada uno contaba con un pie de interpretación cuyo contenido había sido elaborado  por las personas participantes en el Taller de Educación Ambiental  y en el que figura la descripción de la especie y las singularidades que presenta.

Para finalizar!

Os invitamos  a conocer la “cara oculta” del municipio de Andorra, realizando este itinerario en el que conoceréis  su medio natural (vegetación, paisaje, fauna ¡si tenéis la suerte de encontrarla!) y humano (mases, campos de cultivo, balsas, eras…); espacios llenos de vida a los que en la actualidad es fácil ignorar.

 En cada árbol encontrareis un pie de interpretación. Leedlo despacio y observad el tronco, las hojas, los frutos….y el entorno que lo rodea. Aprenderéis a conocerlos y valorarlos un poco más.

Algunos consejos para realizar la ruta

Puede realizarse en cualquier estación del año ya que se trata en de árboles de hoja perenne, exceptuando el Chopo de los Hortales. Es recomendable realizarla en primavera e inicio del otoño.

Leed detenidamente la Guía donde se especifican itinerarios y duración.

Para ver los árboles no es necesario pisar los cultivos.

Respetad la naturaleza, no tiréis basura ni arranquéis flores ni plantas.

Observad, disfrutad del recorrido, acercaos a cada árbol con respeto y silencio.

La guía se encuentra en los Centros de Interpretación y Museos de Andorra y Comarcales, en la Biblioteca de la Casa de Cultura y en el Centro Ítaca donde también puede solicitarse. En la estación de autobuses tienes unos paneles informativos sobre la ruta. Podeis descargarla en este enlace: PDF: «Ruta Árboles Singulares de Andorra». rutaarbolesred

En este enlace podrás descargar la ruta para realizarla en bicicleta. Forma parte de las rutas BTT, comarcales. BTT_arboles (1)

Os invitamos a repetir esta experiencia en el municipio o ciudad  donde transcurra vuestra vida.

No se trata sólo de fomentar los “localismos” sino de ayudar a la protección de la biodiversidad y salud ambiental del planeta en general.

 Contribuir al conocimiento del patrimonio es dar respuesta a una demanda social cada vez más importante. Se necesita una gran labor de interpretación que acerque a los ciudadanos tanto su cultura y su historia como el medio natural en el que transcurre su vida. Sensibilizando se fomenta la conservación y el futuro del territorio.