FUENTE MORENO

(Leer más…)

BARRANCO DEL GITANO

(Leer más…)

EL CHORRILLO

(Leer más…)

 

LOS CABOS

(Leer más…)

 

FUENTE MORENO

En la salida suroeste de la población dirección Alloza, junto a la carretera A-1402 en el km 2,500, se encuentra el paraje de la Fuente Moreno que forma parte de la ruta del “Sendero Botánico de Val de Molinos”.

Por su cercanía al pueblo, su frondosa sombra y abundante agua ha sido uno de los lugares más visitados de Andorra, especialmente los lunes de Pascuica (lunes siguiente al Domingo de Resurrección), comiéndose la tradicional “rosca”, una torta redonda con un huevo duro en el centro. También ha sido muy frecuentado por escolares con sus maestros, así como un punto de encuentro durante las calurosas tardes estivales, siendo muy comunes las meriendas entre amigos en los días de fiesta.

La balsa natural, que antaño existía en este lugar, recogía el agua de lluvia y de los manantiales que era aprovechada para los diferentes usos de la comunidad. Uno de los más importantes era el riego de los huertos. Para ello los propietarios de los campos contaban con una regulación que establecía una serie de derechos y normas a cumplir por todo aquel que hacía uso de la balsa.

En la actualidad, el agua que sale del manantial se distribuye mediante canalizaciones a una fuente, un abrevadero y una balsa artificial; éstos últimos para uso ganadero y agrícola exclusivamente. Gracias a esta abundancia de agua se ha formado un pequeño ecosistema húmedo con la vegetación característica: chopos negros, álamos blancos, juncos, menta, zarzas… acompañada por la típica del monte mediterráneo que crece en la ladera de la montaña: romero, aliaga, tomillo, espliego, sabina, coscoja… Todo ello alberga una variada fauna silvestre encabezada por el zorro, el topo, el conejo, la culebra de escalera, la rana, el sapo y multitud de aves como el jilguero, el ruiseñor o la urraca.

Llama la atención la tipología geológica de la zona  marcada especialmente por la erosión de las diferentes capas de materiales de areniscas y conglomerados que han dado lugar a oquedades aprovechadas por los niños como “cuevas” para sus juegos.

Un espacio de esparcimiento bajo la frondosa arboleda con varias mesas y bancos completan este paraje para el disfrute de la población.

BARRANCO DEL GITANO

Al  noreste de la localidad, lindando con el término municipal de Híjar, se encuentra este  barranco al que se accede desde el Mas Quemado.

 

Se trata de una zona con abundante agua en el subsuelo y  por la que discurre un pequeño cauce, ahora canalizado, y que vierte sus aguas un poco más adelante a la acequia de la Val Común. Estas aguas se han  utilizado para regar los campos y huertos  que se encuentran en el fondo del barranco. Muchos de ellos han sido abandonados y están colonizados por la vegetación característica de las zonas húmedas como las cañas, las zarzas, los juncos, los carrizos, las aneas…  Con los años se ha formado una frondosa arboleda de chopo negro y también encontramos algunos árboles frutales tradicionales de los antiguos huertos, como higueras y almendros.

Llama la atención el contraste de vegetación del fondo del barranco con las laderas que lo circundan donde predomina el monte mediterráneo con pino carrasco, sabina, enebro, coscoja, romero, aliaga… y una especie muy común en esta zona árida, la retama.

También destacan las formas geológicas de su roquedo debidas a la erosión por el viento y el agua de las diferentes capas de materiales, conglomerados y areniscas. Algunas de estas oquedades han sido aprovechadas como refugio para los propietarios de los huertos.

La diversidad faunística de este espacio está condicionada por los diferentes hábitats que lo componen. Desde mamíferos como el jabalí, el zorro, la cabra montés, el conejo, el ratón de campo… hasta una variedad de aves típicas de las zonas más esteparias como la perdiz, la cogujada, la bisbita común… además de anfibios y reptiles como la rana, el sapo, la culebra de agua, la culebra de escalera, el lagarto ocelado… Muchos de ellos sirven de alimento a las aves rapaces que sobrevuelan estos lugares, milano negro y real, águila real, cernícalo, halcón común…

Estos pequeños reductos húmedos son imprescindibles para el desarrollo de la vida animal en un entorno árido como el que rodea a este barranco.

Además, este paraje alberga una peculiaridad pues en él se encuentra el Lentisco del Barranco del Gitano, árbol perteneciente a la “Ruta de los Árboles Singulares de Andorra”. Su singularidad radica en el porte de árbol adquirido (habitualmente es un arbusto), a su altura que sobrepasa los 7 metros y a su frondosidad. No es una especie muy frecuente en Andorra porque necesita un microclima cálido y húmedo, que en este caso encuentra en este lugar.

 

EL CHORRILLO

El paraje de El Chorrillo se encuentra situado al este de Andorra y se accede a él desde la carretera A-1402 dirección Alloza por dos caminos rurales, uno en el km. 1 (camino de El Cabo) y otro en el km 4,200.

Desde este último punto nace una pequeña val de campos y huertos en los que además de las especies tradicionales podemos ver cañaverales y algún ejemplar de chopo negro, sauce blanco y sauce cabruno; esta val atraviesa un estrecho paraje entre grandes rocas de conglomerados donde nace el manantial del mismo nombre que recoge sus aguas primero en un abrevadero para el ganado y luego en una gran balsa al pie de la roca con la que se riegan los huertos que se encuentran val abajo y los árboles de ribera que crecen en sus lindes (chopos y latoneros) . 

Es un pequeño espacio que alberga una copiosa vegetación húmeda de juncos, carrizos, zarzas, ortigas… Entre las rocas crecen higueras y rosales silvestres; en la balsa abundan diferentes tipos de algas y en la pared rocosa podemos ver culantrillo del pozo.  Todo ello propicia la proliferación de anfibios y reptiles como ranas, sapos, culebras de agua, zapateros… además de ser un punto importante de abastecimiento de agua para todo tipo de mamíferos y aves. Como es habitual en otras zonas, esta vegetación contrasta con la que existe en los montes que la rodean, con matorral arbustivo y muchas jóvenes encinas que poco a poco van repoblando estas cimas. 

LOS CABOS

Este paraje está situado en la zona denominada Carralloza, al este de la población y se recorre mediante una ruta  circular muy frecuentada por los andorranos para sus paseos diarios ya que comienza y termina en la misma localidad.

En ella encontraremos la vegetación típica del monte mediterráneo con pinos carrascos, encinas, robles quejigos, coscojas, enebros y matorral arbustivo como romero, aliaga, tomillo, espliego…; campos de cultivo de secano con cereal, olivos y almendros; y en el tramo correspondiente a la val de Ariño  huertos con árboles frutales tradicionales y una abundante vegetación de ribera. La fauna de este lugar es muy variada, destacando una gran diversidad de aves e invertebrados, más abundantes en las zonas húmedas. La geología también cobra importancia  en estos parajes por los característicos relieves en cuesta de las Picuetas, el flanco del anticlinal de la Val de Ariño o la erosión de algunas rocas.

Tras pasar el estadio de fútbol “Juan Antonio Endeiza” el camino comienza en la carretera que lleva hasta el pozo de San Juan,  donde se encuentra el museo minero Wminas, y que está flanqueada por chopos y plataneros de gran tamaño proporcionando una agradable sombra a los paseantes. En el museo se puede visitar su jardín botánico con especies arbóreas y arbustivas de la zona y ajardinadas. Aquí comienza un camino rural que va atravesando campos de cultivo de olivos y cereal. Pronto se llega a una gran encina, la carrasca del Hermógenes, bastante dañada por la gran nevada de enero del 2020 (las carrascas, los pinos y los olivos fueron los grandes damnificados de esta histórica nevada) y ya se puede empezar a contemplar las formaciones rocosas correspondientes al anticlinal de la Val de Ariño.  El camino atraviesa esta val, así que el trayecto la remonta por su  lado izquierdo. Esta zona tiene un gran potencial hídrico en el subsuelo por lo que proliferan  pequeños huertos muy productivos; hasta ella llegan las aguas del manantial del Chorrillo. Por eso hay ejemplares de chopos diseminados  y en los alrededores de las balsas se concentra una abundante vegetación de ribera. Los campos que no se cultivan en la actualidad han sido colonizados por carrizos y cañas, destacando la presencia de una sauce cabruno especie poco frecuente en nuestro término.

En este punto la val discurre a los pies de las Picuetas, una pequeña cadena de montes terminados en punta…….. de los que podemos destacar el denominado monte Pico. En las laderas de estos cabezos orientadas al norte abundan los robles quejigos (algunos de gran tamaño), una especie que sólo se encuentra en otros  puntos muy concretos del municipio: la val de Molinos,  el monte de San Macario.

La zona se va estrechando para atravesar las Picuetas y el camino discurre entre grandes rocas y huertos para pasar a la vertiente sur de estos montes y así comenzar el camino de retorno hacia la población. Pronto aparece la bifurcación hacia el paraje de El Chorrillo, pequeño lugar de espectacular belleza por el agua, la vegetación y los roquedos que lo conforman.

La ruta sigue hacia el este en dirección a Andorra. Se atraviesan muchos campos de cultivo y en algunos se hallan restos de viñas que fueron muy abundantes en la localidad pero que se vieron diezmadas a finales del siglo XIX por una enfermedad que acabó con la mayoría de este cultivo, la filoxera, causada por un insecto parasitario que ataca a las hojas y los filamentos de las raíces de la vid.

Los montes que se observan a la derecha del camino, pertenecientes al Chorrillo y a la Navarreta,  sufrieron un gran incendio en el verano del año 2009  que a punto estuvo de llegar a la localidad y calcinó cerca de 1600 hectáreas de los municipios de Alloza, Crivillén y Andorra. Pero es alentador ver como la vegetación potencial se está regenerando por sí sola.

El camino termina atravesando la carretera de circunvalación para entrar en el barrio de Escatrón.